La crisis de la modernidad- Luis Villoro
La política en los países desarrollados es cada vez menos el arte de proyectar y decidir el futuro de una sociedad. Es cada vez más la técnica de mantener el funcionamiento de una máquina regulada. La política se vuelve ingeniería del poder. En ese tipo de sociedad el individuo participa cada vez menos en las decisiones públicas, su contribución se limita a seleccionar, de cuando en cuando, las personas encargadas de mantener el sistema en buena forma, su vida se reduce cada vez más al papel de despreocupado consumidor que el sistema le otorga. En el artefacto construido por el hombre éste se convierte en un engranaje insustituible.
La democracia liberal y el régimen de libre mercado serían la etapa insuperable de la historia. Para los países marginados y dependientes el mensaje es claro: inútil esperar un cambio, si la historia ha terminado solo cabe conformarnos con el papel que en la economía mundial se nos ha asignado.
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