Las competencias emocionales.
Se puede concebir la "competencia" como la capacidad de movilizar adecuadamente el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia.
En relación a las clases de competencias se puede destacar las competencias de desarrollo técnico- profesional y competencias de desarrollo socio-personal. Las primeras hacen referencia a los conocimientos y procedimientos en relación a un determinado ámbito profesional o especialización, mientras que las otras incluyen competencias de índole personal e interpersonal. Estas abarcan a las llamadas competencias emocionales, entendidas como el conjunto de conocimientos y capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de formas apropiada los fenómenos emocionales. Son un aspecto importante de la ciudadanía efectiva y responsable, potencian una mejor adaptación al contexto, favorecen un afrontamiento a las circunstancias de la vida con mayores probabilidades de éxito, benefician a los procesos de aprendizaje, las relaciones interpersonales y la solución de problemas. Estas pueden agruparse en cinco bloques.
- Conciencia emocional: es la capacidad para tomar conciencia de las propias emociones, lo que ya hemos visto como autoconciencia emocional. Incluye también la habilidad para captar el clima emocional en un contexto dado.
- Regulación emocional: se entiende como la capacidad para utilizar las emociones de forma adecuada y siendo conscientes de la relación emoción-cognición-conciencia, ser capaz de autogenerarse emociones positivas que ayudan al pensamiento y, por tanto, a comportarse de una forma más adaptativa.
- Autonomía emocional: incluye un conjunto de características relacionadas con la autogestión emocional como pueden ser la autoestima, una actitud positiva ante la vida, capacidad para buscar ayuda y recursos, entre otros.
- Competencia social: Es la habilidad de establecer una comunicación efectiva, de interactuar desde el respeto, ser asertivo, tener actitudes pro-sociales.
- Competencias para la vida y el bienestar: es tener la capacidad de adoptar los comportamientos adecuados y responsables para solucionar los problemas que aparecen en los diferentes contextos en los que interactuamos: personal, profesional, social, familiar y orientado siempre a la vida y al bienestar de las personas.
La competencia emocional tiene aplicaciones educativas inmediatas, pues pone énfasis en la interacción entre persona y ambiente, y otorga importancia al aprendizaje y desarrollo. También afecta de forma positiva en múltiples aspectos de la dimensión laboral. En el ámbito personal de la vida destacan sus aplicaciones en las relaciones de pareja, en la familia, en la calidad de las relaciones interpersonales y en el bienestar subjetivo o felicidad. Finalmente, la incidencia del desarrollo emocional en la salud pone en evidencia un vínculo entre el sistema nervioso y el inmunológico.
Comentarios
Publicar un comentario