Wari Willka y los Wankas

Wari Willka es un dios del sur. Vino al valle de los wankas después de las colosales batallas entre Wallallo y Pariakaka.

Como un viento que a su paso hace inclinar las copas más erguidas de los árboles fue Wari Willka.

Wari es el roquerío cordillerano y Willka el valle andino con toda su majestad.

wari representa al cóndor sagrado de las nieves y Willka es la serpiente colosal, el gigantesco Amalu de los wankas.

Wari era pastor, Willka agricultor.

Hanan es wari y Willka es Urin.

Wari es joven y tienen la versión masculina de la vida. Willka ya está viejo, tiene la versión femenina sabia y contemplativa.

Ambos tuvieron un hermano muy querido: Wari al agua y Willka a la madre tierra.

Cuando ambos se fundieron en uno, nació Wari Willka; llegó del sur y recibió el culto de los viejso wankas.

Y, para entronizar su señorío, le construyeron previamente un hermoso camino, acueductos y puentes, y las gentes dispersas se unieron a su paso se formaron los pueblos y se fortificaron las ciudades.

En pleno corazón de un lugar que centenares de años más tarde sería Huancayo, Wari Willka arrojó su lanza sobre una gran chacra y ordenó que las aguas volvieran a su cauce.

la lanza se cubrió de roca y se transformó en una wanka (piedra) al centro de un pequeño estanque. Sobre la wanka se posaron varios halcones y desde entonces ese paraje se llama Wamanmarka (lugar donde se posan los halcones).

Las aguas extraviadas volvieron al Hatun Mayu (llamado también Wanka mayo y hoy conocido como Mantaro) y todo quedó listo para que la vida florezca de nuevo después de que los combates de Wallallo y Pariakaka casi destruyen el valle.

Y fue un alba de oro y rosa, la mañana aquella en que Wari Willka hundió el dedo en la espalda gris de la roca viva y la piedra se abrió como una flor y antes de que terminara de cuajarse, de entro los pétalos  cenizos brotó el agua límpida de una manantial, con relumbrones de metal derretido y transparente.

En ese mismo lugar, que sirve de pascana al caminante, floreció Waripukio (manantial de Wari) y de él, esa mañana primordial, nacieron de la melena del agua, nuestros primeros padres Atay Impapurancapia y la Uruchumpi (Atayimapurankapia y Orochombe o también el Taita y la Mama).

Ellos se dieron suficiente maña para poblar el valle de los wankas y enseñarles cuanto saben.

En agradecimiento los wankas construyeron junto a Waripukio un gran templo a Wari Willka y honraron su memoria.

Pero un día retornó Wari Willka acompañado de su mujer y de dos sacerdotes huyendo de sus enemigos. Al verse cercado el dios y su somitiva se hundieron en la tierra al centro del templo y de sus cuerpos germinaron los molles sagrados que hasta hoy día existen.

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