El primate responsable: antropobiología de la conducta- Fernando Silva Santisteban.

Cuando en el cerebro de nuestros antepasados primates aparecía y crecía una nueva zona, la naturaleza no desechaba las antiguas, más bien las retenía, configurándose la más reciente encima de ellas. Hoy, la corteza cerebral- la nueva y más importante zona del cerebro humano- recubre y engloba a las más viejas y primitivas. Esas regiones no han sido eliminadas, permanecen debajo sin exteriorizar ya el control indisputable del cuerpo, pero aún siguen activas.

Lo que podría llamarse la etapa del despegue empezó hace unos 50 mil años, cuando se incrementó la cultura por encima de la evolución biológica. Grandes transformaciones culturales empezaron a producirse sin cambios correlativos en el biograma humano y el ingrediente fundamental de este despegue fue el desarrollo de la capacidad humana para la universalidad semántica.

La cultura es una abstracción configurada sobre la observación del comportamiento humano.

La antropía, esto es, la cualidad de ser humano, está determinada la cultura. Si bien el hombre por evolución biológica está acondicionado para ser humano, no nace humano, aprende a serlo con la asimilación de la cultura en el seno de la sociedad y la familia.

Si los rasgos genéticos se transmiten por replicación de los genes, los rasgos culturales se transmiten por replicación de los genes, los rasgos culturales se transmiten por replicación de los memes o unidades de información cultural. Por analogía con la agrupación de los genes en cromosomas, se considera también que los memes se agrupan en dimensiones culturales, que pueden aumentar con nuevas adquisiciones culturales.

Las teorías del conocimiento han sido dictadas por el raciocinio y la lógica, las del pensamiento simbólico por la imaginación bajo la influencia del deseo y relacionadas por analogía, es decir, por la semejanza entre las cosas.

Toda religión tiene cuatro aspectos principales, como son: 1) Una concepción acerca de la naturaleza del mundo y el carácter de la divinidad o divinidades que lo controlan, 2) un cuerpo de doctrina sobre las relaciones de las divinidades con los humanos, 3) un sistema de normas de conducta ideadas para conformar la vida y la voluntad de dios o de los dioses, si es politeísta, y asegurar a los creyentes la aprobación de sus actos, de su conciencia, y las recompensas en este mundo o en cualquier otra forma de existencia después de la muerte, y 4) un aparato de símbolos, espacios y acciones para celebrar los ritos y ceremonias del culto.

El control social en los grupos humanos no arranca de cero, puesto que radica en la propia cultura y la cultura es esencialmente un sistema normativo. Para vivir en sociedad, los primates tuvieron que ajustarse a determinadas formas de comportamiento aprendido que a su vez enseñaron a sus crías para no desestabilizar la armonía social. Las formas del comportamiento aprendido se identificaron con el bienestar del grupo. En los humanos, al estructurarse la cultura, las actitudes aprendidas se integraron a ella como pautas tanto implícitas cuanto explícitas del comportamiento social.

Los valores están siempre relacionados con la supervivencia y la integridad del grupo; es decir, lo que en algunas sociedades es un valor positivo en otras no lo es, incluso el mismo acto que en circunstancias normales es un delito, en otras es un mérito.

Los valores cambian más lentamente que otros aspectos de la cultura porque con ellos se configuran las estructuras sociales. Pero si bien actúan como freno para los cambios peligrosos, también retardan los procesos de cambio haciendo que la sociedad asimile muchas innovaciones sin que se altere su estructura básica. Por esta razón constituyen también las barreras más poderosas frente al cambio dirigido, cuando este quiere ser estructural. De tal manera que no puede pensarse en un cambio revolucionario manteniendo el mismo sistema de valores.

La ética es la abstracción de la conducta necesaria para el bienestar de los individuos y de todos los grupos sociales humanos, en tanto que la moral es la concreción de los patrones culturales, los valores y las normas específicas de comportamiento en cada cultura, en cada grupo social. El fin es el mismo: el bienestar y la integridad del grupo social.

La moral constituye globalmente un complejo de reglas de acción y comportamiento, un sistema de valores y de evaluación que le otorgan orden y sentido a la vida en sociedad.

La libertad, como la ética, se configura en la esfera de la conciencia como imperativo de la condición humana, pero tiene necesariamente- como también la ética- sus raíces en el plano del psiquismo como reacción animal a la coartación.

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