Nuevos súbditos. Cinismo y perversión en la sociedad contemporánea- Juan Carlos Ubilluz
Antaño, la inconformidad subjetiva tenía como adversaria una moral paterna que predicaba el sacrificio en nombre de los ideales sociales; hoy, su adversaria es una ética individualista-capitalista que exige el aislamiento cínico del espacio colectivo (y del Otro en general) y la obediencia a la perversión como nueva norma “social”. Si algo caracteriza a los nuevos súbditos es que ellos se vigilan y se castigan a sí mismos. El cinismo y la perversión son parte de un andamiaje político-ético-cultural al que daremos el nombre de totalitarismo individualista. “El Otro que no existe” alude más bien a que el sujeto contemporáneo ya no cree en una comunidad universal: ya no cree, es decir, en otro con metas colectivas (y planetarias) que deban primar sobre los intereses particulares e individuales. Abocado al imperativo de satisfacer al consumidor, el capitalismo tardío facilitó material y promovió culturalmente- a través de la publicidad, el marketing- la emergencia del individualism...