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Mostrando las entradas de enero, 2024

Celebración de la novela- Miguel Gutiérrez

 “Cierta tarde un muchacho próximo a cumplir catorce años, acosado por terrores nocturnos y martirizado por insomnios tenaces, entró a la biblioteca de sus ciudad sin sospechar que allí encontraría el territorio que en adelante se convertiría en su más segura patria”. “ Como en la infancia el tiempo es prodigiosamente extenso, existía en mí una antigua nostalgia por una mítica biblioteca paterna que yo no alcancé a disfrutar, pero que había escuchado referirse, magnificándola hasta convertirla en una entidad fabulosa, a una querida tía desde el inicio mismo de mi memoria”. “ Mi padre rendía culto- y en ese culto formó a sus hijos- a todo lo que la razón y la fantasía a veces demencial de los hombres habían creado, de allí que admirase por igual a los sabios y artistas, pero no tanto a los grandes personalidades que habían actuado”. “ Pero el lector más extraordinario del que yo tenía noticias no vivía en mi barrio, sino a unas cinco cuadras de mi casa, en la dirección norte d...

Yawar fiesta- José María Arguedas

 "En el corazón de los puquios está llorando y riendo la quebrada, en sus ojos el cielo y el solo están viviendo; en su adentro está cantando la quebrada, con su voz de la mañana, del mediodía, de la tarde, del oscurecer". "Cuando los indios se deciden, no hay caso. ¿No ve cómo la carretera a Nazca la hicieron en 28 días?" "¡Y contagian estos indios! Esos días de la faena para el mercado, hasta yo, ocioso por sangre, sentía un cominillo por entrar con ellos". "Ese Tankayllu es un indio sucio como todos, pero hace algunas piruetas y llama la atención. En cuanto a la corrida... Es una salvajada, tal cual usted la piensa. Y más es lo que uno asquea de lo que hacen estos indios brutos que lo que uno se distrae". "¡Estos pueblos son una porquería! Con razón nos ganaron los chilenos. Aguaitan como guanacos". "Nuestro gobierno, señores, cumpliendo su llamamiento de protección al indígena desvalido y de retrasado cerebro, ha dictado esa in...

Pedro Páramo- Juan Rulfo

" Y que si yo escuchaba solamente el silencio, era porque aún no estaba acostumbrado al silencio; tal vez porque mi cabeza venía llena de ruidos y voces" "No estás allí para ganar dinero, sino para aprender, cuando ya sepas algo, entonces podrás ser exigente. Por ahora eres solo un aprendiz; quizá mañana o pasado llegues a ser tú el jefe. Pero para eso se necesita paciencia y, más que nada, humildad. Si te ponen a pasear al niño, hazlo, por el amor de dios. Es necesario que te resignes (...) Que se resignen otros, abuela, yo no estoy para resignaciones. "Cuando caminas, sientes que te van pisando los pasos. Oyes crujidos. Risas. Unas risas ya muy viejas, como cansadas de reír. Y voces ya desgastadas por el uso. Todo eso oyes. Pienso que llegará el día en que estos sonidos se apaguen". "¡Válgame! Si no serán los tres toques de San Pascual Bailón, que viene a avisarle a algún devoto suyo que ha llegado la hora de su muerte".

Los perros hambrientos- Ciro Alegría

 “Dicen que de día, la coca acrecienta las fuerzas para el trabajo. De noche, le aumentaba las ganas de hablar. A otros, en cambio, los concentra y torna silenciosos (…) Él era capaz de hondos y meditativos silencios. Pero cuando de su pecho brotaba el habla, la voz le fluía con espontaneidad de agua, y cada palabra ocupaba el lugar adecuado y tenía el acento justo”. “Una congoja lacerante le cruzó la vida y sintió deseos de articular su dolor en la nota larga y lúgubre de su aullido. Pero estaba rendido, muy rendido para poder siquiera quejarse. Y se abandonó al sueño, un intranquilo sueño de cautivo, lleno de dolores y desgracias”. “Pero esa ráfaga de luces y sombras llamada tiempo trajo pronto otras penas mayores”. “Don Fernán pertenecía a esa serie de engreídos e inútiles que, entre otras buenas y eficaces gentes, pare Lima por cientos, y que ella, la ciudad capital, la que gobierna, envía a las provincias para librarse de una inepcia que no se cansa de reclamar acomodo”. “Pert...