Yawar fiesta- José María Arguedas
"En el corazón de los puquios está llorando y riendo la quebrada, en sus ojos el cielo y el solo están viviendo; en su adentro está cantando la quebrada, con su voz de la mañana, del mediodía, de la tarde, del oscurecer".
"Cuando los indios se deciden, no hay caso. ¿No ve cómo la carretera a Nazca la hicieron en 28 días?"
"¡Y contagian estos indios! Esos días de la faena para el mercado, hasta yo, ocioso por sangre, sentía un cominillo por entrar con ellos".
"Ese Tankayllu es un indio sucio como todos, pero hace algunas piruetas y llama la atención. En cuanto a la corrida... Es una salvajada, tal cual usted la piensa. Y más es lo que uno asquea de lo que hacen estos indios brutos que lo que uno se distrae".
"¡Estos pueblos son una porquería! Con razón nos ganaron los chilenos. Aguaitan como guanacos".
"Nuestro gobierno, señores, cumpliendo su llamamiento de protección al indígena desvalido y de retrasado cerebro, ha dictado esa inteligente medida. No podemos estar en desacuerdo con esa circular que extirpa de raíz un salvajismo en nuestro pueblo. Yo pido que el Concejo envíe un telegrama de agradecimiento al señor Director de Gobierno por ese mandamiento que protege la vida del indígena. Y que libra a Puquio de un salvajismo".
"¡Señor Alcalde! Hay que dejarse de atraserías. No hay toros para un diestro limeño. El Misitu es un pobre gato comparado con los torazos de Mala".
"¡Todo es igual aquí! Mire ahora la plaza, mire el cielo, mire este corredor. ¡Las estrellas se separan en el cielo de legua en legua!¡Este corredor largo, como cajón de muerto! La plaza parece el retrato del cielo. Y todos los indios tienen metido en el cuerpo el silencio de estos cerros, del cielo, de la plaza, ¡de toda esta vaina! Y cuando gritan, gritan feo, y se callan de repente".
"Aquí en la sierra, la fiesta, toda clase, de santos y de la patria, es de la indiada. Los vecinos serán platudos, les sacarán el alma a los indios. Pero si hay fiesta en el pueblo, es de los ayllus. Ellos hacen las andas de los santos, ellos revientan los castillos, ellos riegan con flores las calles para que pase la Virgen o el Patrón del pueblo. Los vecinos engordamos no más. Así es la vida en la sierra, señor. ¡Valgan verdades!"
"¡Maldita sea! ¡Yo me largo! ¡Estos serranos bestias, este pueblo desgraciado! ¡Todo es una sarna en este país!".
"La voz de la gente suena de otro modo al pie del Akchi; cuando hablan la voz crece en las peñas, parece que se golpea en la roca, como en acero templado".
"Todo el claro del keñwal se llenó de indios. En un rinconcito, el Misitu temblaba. Los kayaus lo miraban, tristes. Era un animal de puna no más. ¡Ahí estaba! Bien amarrado, bien templado por el Raura, contra el keñwal. Ya no había rabia; estaban todos en silencio".
Comentarios
Publicar un comentario