Familia y amor. Un alegato a favor de la vida privada- Luc Ferry.
. Liberados por fin de esas ampulosidades metafísicas, morales y religiosas que hasta hace poco daban sentido a nuestras vidas, consumimos de todo: objetos materiales, por supuesto, pero también bienes culturales, académicos, espirituales, religiosos o políticos, todos ellos en forma de espectáculos televisivos que dan lugar a pronósticos, comparaciones y conjeturas, resultando a veces bastante divertidos. Ya nada parece trascender una lógica de mercado que pretende hacer que los valores más elevados sean los inmanentes a su propio funcionamiento. Un nihilista es cualquier cosa menos un hombre desprovisto de ideales: muy por el contrario, es él quien más lleno está de «convicciones fuertes», de «principios superiores» (sobre todo «morales y trascendentes»). La nostalgia del pasado y la esperanza de un futuro mejor nos alejan de la auténtica sabiduría, que consiste en saber reconciliarse, en la medida de lo posible, con lo que hay, y en vivir en la única dimensión real del tiempo, e...